El Imperio de Tevinter, cuyos dominios otrora se extendieron por casi todo el mundo de Thedas, estaba gobernado por magos malignos y poderosos que practicaban una especie de hechicería prohibida conocida como “magia de sangre”. Un día, un grupo de magos de sangre realizaron un conjuro para así poder viajar e ir a la morada de El Hacedor y usurpar el Cielo.
Lograron su propósito, pero cuando pisaron los suelos dorados de la morada del Hacedor la maldad de los magos de sangre hizo que aquel lugar conocido como “El Velo”, el mundo de los sueños y los espíritus, se corrompiese, y los suelos y salones dorados de la morada del Hacedor se volvieron oscuros y a partir de entonces se conoció aquel lugar como la Ciudadela Negra. Los magos de sangre causantes de todo eso fueron expulsados y regresaron de inmediato a Theda, pero cuando retornaron ya no eran humanos, sino que retorcidos por su propia corrupción, se convirtieron en algo mucho peor: los primeros engendros tenebrosos.
Con el paso del tiempo el Imperio de Tevinter entró en decadencia y aparecieron nuevos reinos en la tierra de Thedas. Pero a partir de entonces y por culpa de la magia de sangre del imperio, sucedieron unos fenómenos conocidos como Ruinas, invasiones de engendros tenebrosos que allá donde iban lo arrasaban y lo destruían todo a su paso, corrompiendo la tierra que pisaban. Entonces surgieron los guardas grises, una orden de guerreros de todas las razas y clases, tanto hombres como mujeres, nobles y plebeyos, entrenados para combatir a los engendros tenebrosos y matar así al líder de éstos: el archidemonio, pues matándolo era la única forma de poner fin a una Ruina.
http://www.youtube.com/watch?v=NKeEsG6mmHg
Con ese transfondo comienza Dragon Age: Origins, uno de los RPGs mejor valorados de los últimos tiempos, bautizado por sus creadores como la “secuela” de Baldur’s Gate, y que realmente no va a defraudar a ningún entusiasta del género.
Dentro de Dragon Age: Origins, el protagonista se convierte en uno de los últimos guardas grises del reino de Ferelden, y deberá luchar contra la Ruina que amenaza el reino además de hacer frente a los conflictos políticos provocados por la traición de Loghain en la batalla de Ostagar, entre otras cosas. Debido a la gran derrota sufrida en las ruinas de Ostagar, la horda de engendros tenebrosos avanza por Ferelden y tu principal misión es unir a elfos, enanos y magos bajo un mismo estandarte y unir a los fereldenos divididos por los conflictos políticos para luchar contra la Ruina y derrotar al archidemonio.
No entraré en hacer ningún análisis exhaustivo del juego porque los hay muy buenos por la Red.
Lo que sí que voy a comentar, pues de eso trata este sitio, es de la compatibilidad con GNU/Linux. Dragon Age: Origins funciona a la perfección con Wine (comprobado personalmente con la versión 1.3.29) sin tener que hacer absolutamente nada. El único “retoque” que tuve que hacer fue modificar el archivo de configuración DragonAge.ini, ubicado en la carpeta de “Mis Documentos” dentro de la unidad virtual de Wine C:, concretamente en
/home/<TU USUARIO>/BioWare/Dragon Age/Settings
o si no aparece en la carpeta del usuario de Linux, aparece sin duda en la ruta del disco virtual de Windows
~/.wine/drive_c/Documents and Settings/<TU USUARIO>/Mis Documentos/Bioware/Dragon Age/Settings
Aunque claro, dependerá del nombre de tu usuario y de si emulas las APIs de un Windows XP (como en mi caso) o de un Windows 7. En todo caso, una vez localizado el archivo DragonAge.ini, tan solo tienes que buscar la directiva SoundDisabled=1 y ponerla a cero. Ya tenemos el sonido funcionando a la perfección.
Licencia: Copyright
Precio: 9,95€
Web: Página Oficial
Juego: No hay demo, pero si te gustan los RPG, deberías plantearte comprarlo.
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Tux Juegos » Dragon Age II
11 October 2011 at 1:56 pm[…] Feeds RSS « Dragon Age: Origins […]